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Abstract

En este artículo se analizan los posos trágicos presentes en el teatro cómico desde el estreno de La verbena de la Paloma en 1894 hasta el de Una noche de primavera sin sueño en 1927. Debido al éxito de los géneros cómicos durante una treintena histórica trágica llama la atención que fuera “lo cómico” y no “lo trágico” lo que arrastrara masivamente al público al teatro. Sin embargo, no faltan voces que destacan los posos de miseria y tragedia en sainetes, astracanes, esperpentos o tragedias grotescas. ¿Qué tiene de trágico el teatro cómico de estos años?

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